clasificacion por barrios

AGRONOMÍA

ALMAGRO

BALVANERA

BARRACAS

BELGRANO

BOEDO

CABALLITO

CHACARITA

COGHLAN

COLEGIALES

CONSTITUCION

FLORES

FLORESTA

LA BOCA

LA PATERNAL

LINIERS

MATADEROS

MONTE CASTRO

MONTSERRAT

NUEVA POMPEYA

NUÑEZ

PALERMO

PARQUE AVELLANEDA

PARQUE CHACABUCO

PARQUE CHAS

PARQUE PATRICIOS

PUERTO MADERO

RECOLETA

RETIRO

SAAVEDRA

SAN CRISTOBAL

SAN NICOLAS

SAN TELMO

VELEZ SARSFIELD

VERSALLES

VILLA CRESPO

VILLA DEL PARQUE

VILLA DEVOTO

VILLA LUGANO

VILLA LURO

VILLA GRAL. MITRE

VILLA ORTUZAR

VILLA PUEYRREDON

VILLA REAL

VILLA RIACHUELO

VILLA SANTA RITA

VILLA SOLDATI

VILLA URQUIZA


ÍNDICE


MENSAJES


 
plazas del gran buenos aires  

PLAZAS DE  SAN MARTÍN

PLAZAS DE 3 DE FEBRERO

PLAZAS DE   SAN ISIDRO

PLAZAS DE VICENTE LOPEZ

PLAZAS DE SAN FERNANDO

 

Cantero Central Armando Tejada Gómez

Armando Tejada Gómez: (1929-1992), poeta y compositor; autor junto con el músico César Isella de Canción para todos y Fuego en Anymaná. Autor de los libros Tonadas de la piel, Antología de Juan y Canto popular de las comidas.

Ubicado en Av. Int. Francisco Rabanal entre Carlos Berg y Varela
(Villa Soldati)
Ver ubicacion en el mapa

Cantero Central Armando Tejada Gomez

Cantero Central Armando Tejada Gomez

Cantero Central Armando Tejada Gomez

Cantero Central Armando Tejada Gomez

Cantero Central Armando Tejada Gomez

Cantero Central Armando Tejada Gomez

Cantero Central Armando Tejada Gomez

Referencias

Letra de Canción para todos
Salgo a caminar
por la cintura cósmica del sur.
Piso en la región
más vegetal del viento y de la luz.
Siento al caminar
toda la piel de América en mi piel
y anda en mi sangre un río
que libera en mi voz su caudal.

Sol de Alto Perú,
rostro Bolivia, estaño y soledad,
un verde Brasil,
besa mi Chile cobre y mineral.
Subo desde el sur
hacia la entraña América y total,
pura raíz de un grito
destinado a crecer y estallar.

Todas las voces, todas,
todas las manos, todas,
toda la sangre puede
ser canción en el viento.
Canta conmigo, canta,
hermano americano.
Libera tu esperanza
con un grito en la voz.

(Ciñe el Ecuador
de luz Colombia al valle cafetal.
Cuba de alto son
nombra en el viento a México ancestral.
Continente azul
que en Nicaragua busca su raíz
para que luche el hombre
de país en país
por la paz.)

Ir arriba

Letra de Fuego en Anymaná
Dicen que yo, de solo estar
Fui apagándome
Como la luz lenta y azul
De un atardecer.

Piensan que estoy secando el sol
De la soledad
Que por estar en mi raíz
Ya no crezco más.

Es que yo soy, ese que soy,
El mismo nomás,
Hombre que va buscándose
En la eternidad.
Si es por saber de donde soy,
Soy de Anymaná.

Sepan los que no han sabido
Que no estoy de solo estar,
Que estoy parado en el grito
Bagualero del pujay.

Ayer nomás ardió el pueblo
Por la tierra y por el pan,
Y la fogata en el valle
No estaba por solo estar.

Si yo me voy, conmigo irá
Todo lo que soy.
Lejos de mí, lejos de aquí,
Yo no seré yo.

Déjenme estar, de solo estar,
Viendo el sol volver.
Yo quiero ver en mi país
El amanecer.

Soy pa' durar, como el maíz,
Simple y cereal.
Soy pa' durar, porque yo sé
Pasar y pisar.
Si es por saber de donde soy
Soy de anymaná.

Ir arriba

Tonadas de la piel
Libro escrito en 1955 con prólogo de Jaime Dávalos que ganó un concurso organizado por Gildo D'accurzio un esforzado imprentero mendocino, obteniendo como premio la edición.

Ir arriba

Antología de Juan
Libro escrito en 1958 con ilustraciones de Carlos Alonso.

Selección de poemas:

GRITO DE IDA Y VUELTA

Es de andar el país que traigo el rostro
azotado de polen, azotado
por un mapa desmedido,
por una enormidad de olvido largo.

Pasan las estaciones como tumbas
mientras los trenes pasan
desvaneciendo ranchos y chilcales
y regiones de arena interminable.
A veces queda en la pupila, ardiendo,
la sal de una mirada
donde la muerte talla en la pobreza
algún niño de trapo,
y aquella vasta soledad que crece
en la geografía del espanto.

Vengo de andar país. No impunemente
tengo un país delante.
Su gaviota a mi puerta. Sus raíces
de guitarra en la sangre.
Por ser nomás, no soy. Soy si me incumbe
entera su distancia.
Ando territorial y amaneciendo
en el velamen de su madrugadas,
protagonista de su luz enorme
como una llamarada.

Por eso cuando vuelvo no me puedo
el silencio que me traigo.
De ver el país por dentro no me caben
los ojos en la cara:
rostros y voces, nombres y apellidos
me acosan preguntando
por el futuro que jamás empieza,
por la reforma agraria,
por las postergaciones y el bochorno
del latifundio rata,
por el sometimiento que nos urden
a espaldas del alba,
por el miedo animal que merodea
con sus brujas gendarmes,
por los niños que crecen casi inermes
entre tanta mentira organizada,
entre décadas de hambre y de desprecio
y discursos y salmos
que no cree ni dios porque ayer mismo
un niño murió de hambre
y en La Rural un toro batió todos
los récords de subasta
y en Inglaterra a Borges lo nombraron
doctor honoris causa.

Por eso cuando vuelvo demolido
de ver a mi país crucificado
estalla en mi guitarra como un grito
el silencio que traigo.


EL LIBRO DEL VIENTO

Mi canción es un libro
que se escribe con el viento
y una imprenta indeleble
-la guitarra del pueblo-,
a lo largo de América
lo imprime a cielo abierto.

Después, de boca en boca,
santo y seña del sueño,
va entre los hombres, cruza
las fronteras del miedo
y nombra al sometido
en su padecimiento.

Las muchachas azules,
los rudos marineros,
el labrador de pámpanos,
el quieto, el andariego,
andan con mi canción
sin posible sosiego.

Mi canción no le teme
al tumulto ni al fuego.
Todos pueden cantarla
y llevársela lejos.
Yo sé que cuando vuelva
tendrá un sonido nuevo.

¿Qué dice mi canción?
De todo en su momento:
asuntos de casados,
asuntos de solteros,
dolores, alegrías;
juglaría del viento.

Y si a veces estalla
en un grito violento
es porque al pueblo acallan
¡y duele ese silencio!


COPLERA DEL CANTOR

Alto profeta, cantor,
alumbrador de palabras,
soy el pueblo,
la más vieja memoria de la esperanza,
siglos de caldear el pan
me han puesto blanca la barba.

Nunca olvides cuando pases
junto al que sueña y trabaja
que con mi pan
y la música de tu canción necesaria,
confabulados al viento
-molineros de distancia-,
a música,
viento
y pan,
le vamos haciendo el alma.


COPLERA DEL ALFARERO

Bajo mil lunas de barro
duerme mi abuelo alfarero,
polvo inmolado en el polvo,
sueño de piedra, su sueño.
Su sangre dura en mi sangre,
su sombra en mi sombra llevo,
arcilla soy de su arcilla
donde padece el silencio.
Mi canto canta en tu nombre
siglos de barro cocido,
cántaro oscuro, la copla
te busca a orillas del río.
¡Paz a la paz de tus manos
bajo la tierra alfarera!
¡Tu oficio de barro y sueño
fundó la paz en la tierra!

Ir arriba

Canto popular de las comidas
En 1974, Armando Tejada Gómez
escribió un cancionero folklórico
titulado Canto popular de las
comidas. Allí reflexionaba acerca de
la íntima relación que existe entre
las comidas y la vida del hombre y
de los pueblos. El libro obtuvo el
premio de poesía Casa de las
Américas y más tarde Tejada
Gómez estrenó, junto con el Dúo
Salteño, un espectáculo en el que
alternaba textos del Canto popular…
con canciones musicalizadas por el
salteño Gustavo «Cuchi»
Leguizamón.
Canto popular de las comidas se
divide en dos partes. La primera
repasa el lugar histórico de las
comidas desde la época
precolombina, pasando por la
conquista, la colonización, el
surgimiento de la nación y las
luchas de liberación; después de un
preludio en el que revisa los
grandes textos sagrados y poéticos
del pasado. Así, la comida es una
parte sustancial de la herencia
cultural latinoamericana. En la
segunda parte del libro, más
fragmentada, la comida y los
alimentos (o la ausencia de ellos)
aparecen íntimamente relacionados
con la situación social argentina y
latinoamericana.

Ir arriba

 

Espacios verdes